Madelia
Se fue, se llevó su andar cansado, su voz potente que envolvía, su mirada divertida, de nena que invitaba a jugar, sus historias, sus ganas, siempre, de hacer y de generar cosas, pese a todo... Trabajar con ella nunca fue trabajo, sino aprender, compartir y disfrutar de su sabiduría nada solemne, su franqueza y su enorme generosidad.
Nuestra imagen para siempre es María Adelia con el pelo atado, sus aros extravagantes y en sus brazos, un gato mimoso afortunado de estar ahí...
Nuestra imagen para siempre es María Adelia con el pelo atado, sus aros extravagantes y en sus brazos, un gato mimoso afortunado de estar ahí...
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